Son objetivos con la posibilidad de abrir muchísimo el diafragma, con lo que puedes conseguir una profundidad de campo tan mínima que es un escándalo.
Por este mismo motivo, son objetivos muy luminosos, y en consecuencia el rendimiento de tu cámara aumenta en situaciones de iluminación escasa y no tienes flash o no puedes usarlo.
No puedes hacer zoom, te vas a tener que mover tú. Y eso mola. Divertidísimos.
Hay quien dice que es la mejor manera de adquirir un estilo propio. Yo no sé si eso será cierto, pero lo que sí lo es, es que vas a tener que pensar más que nunca en la composición y en el encuadre. Ergo, vas a aprender mucho sobre fotografía.
Las focales fijas son lentes que están fabricadas para obtener el máximo rendimiento en dicha distancia focal, con lo que las distorsiones son menores y la calidad de imagen suele ser muy buena e incluso superior que muchos objetivos con distancias focales variables (que tienen que rendir lo mejor posible en todo el rango).
No pesan nada y molestan menos en tu bolsa de transporte. Lo llevarás en la saca allí donde vayas.
Y muy, muy importante, lo que remata el consejo es que, almenos en el caso de Canon y Nikon y para objetivos focales de 50mm, existen dos de estos objetivos a un precio realmente obsceno y de una calidad bastante notable. ¿No me crees? Pues compruébalo tú mismo/a: Canon 50mm f/1.8 II por unos 100€ y Nikon 50mm f/1.8 D AF por poco más de 100€.